Supongo que, tu como yo, recordarás la fórmula de la comunicación en la que intervenían un emisor, un receptor, el canal, el código, etc.
Todo esto era muy interesante para conocer los elementos que participan en una comunicación, pero no deja de ser frío y aséptico pues nada decía de las personas que participan en una comunicación.
Y es que estás tu, como emisor, una persona que desea que sus ideas sean recibidas al otro lado por el receptor, la persona que escucha.
Resulta frustante enviar nuestros mensajes y percibir que no llegan a ninguna parte. La sensación de vacío, de inexistencia frente a nuestro interlocutor suelen ser las sensaciones más comunes.
Como solución las personas que se sienten así suelen tender hacia los extremos, o hablan sin cesar o se vuelven mudas.
Pero como emisores también tenemos nuestra responsabilidad y a veces somos nosotros los que erramos.
- ¿Hemos prestado atención al receptor para asegurarnos que está preparado para escucharnos?
- ¿Nuestro volumen de voz es el adecuado? ¿y la distancia?
- ¿Realmente hacemos lo necesario para que llegue nuestro mensaje?
- ¿Está nuestra atención repartida en otras cosas?
- ¿Comunicamos de acuerdo al canal que estamos usando?
Como emisor tienes la responsabilidad de asegurarte de que estos elementos estén cubiertos para que tu comunicación sea efectiva.
Bisnis ofrece cursos que capacitan al emisor para una correcta comunicación.
Mury, un beso.
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